En estas horas que han pasado desde que se eligiera un nuevo presidente, he visto que algunas personas pegan, de molde, una frase que invita a la ruptura de relaciones virtuales e incluso sociales en virtud de un supuesto derecho inalienable e inobjetable al festejo del resultado que, por cierto, a mí me entristece
Como algunas de esas personas son para mí mas importantes a título individual que la persona que ha sido elegida presidente y, dado que la frase se repite, la entiendo, como decía, copiada y no pensada.
En ese estado de cosas voy a hacer dos cosas:
En primer lugar no pienso hacerles caso y continuaré con esos vínculos respetuosamente.
Finalmente, y en el mismo espíritu respetuoso, les digo que a la luz de la pobre gestión que esta fuerza política ha realizado en la jurisdicción que los vio surgir, sus celebraciones me parecen, como mínimo, prematuras.